martes, 20 de noviembre de 2007

REFLEXION BIBLICA

DAR LA VIDA ES UN BLOG QUE TIENE LA FINALIDAD DE COMPARTIR REFLEXIONES DE VIDA,AMOR,COTIDIANAS Y HACER UNA REFLEXION CRITICA DE CIERTOS SUCESOS E IDEAS QUE CIRCULAN POR EL MUNDO CIBERNETICO

HE VENIDO A TRAER FUEGO

X Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53

Jesús dijo a sus discípulos:«Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Palabra del Señor.

"Vine a traer fuego a la tierra. Y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo" nos dice el Señor.

Algunos Santos Padres, interpretan este fuego como el del Espíritu Santo.
Este fuego puede entenderse como el fuego del amor.

En la Iglesia invocamos al Espíritu Santo diciendo:

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Todo cristiano está llamado a ser un encendido apóstol de Cristo, que trasmita su mensaje de salvación.

San Agustín decía que los hombres que creyeron en Cristo, comenzaron a arder y entonces recibieron la llama del amor. El Espíritu Santo les fue enviado como lenguas de fuego que se posaron sobre ellos e inflamados por ese fuego fueron por el mundo anunciando el evangelio.

Somos nosotros quienes ahora debemos ir por el mundo con ese fuego de amor y de paz para encender a otros en el amor a Dios.

Si en una ciudad se prendiese un fuego en distintos lugares, aunque fuese modesto y pequeño, pero que resistiese todos los embates, en poco tiempo la ciudad quedaría incendiada.
Si en una ciudad, en los puntos más dispares, se encendiese el fuego que Jesús ha traído a la tierra, y ese fuego resistiese al hielo del mundo por la buena voluntad de los habitantes, en poco tiempo la ciudad estaría incendiada de amor de Dios.

Eso es lo que lograron los primeros discípulos de Jesús, que siendo pocos, en pocos años encendieron el mundo.
Eso mismo ocurriría hoy si en nosotros se encendiera el mismo fuego y tuviéramos su mismo coraje.

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