martes, 13 de noviembre de 2007

DAR LA VIDA ES UN BLOG QUE TIENE LA FINALIDAD DE COMPARTIR REFLEXIONES DE VIDA,AMOR,COTIDIANAS Y HACER UNA REFLEXION CRITICA DE CIERTOS SUCESOS E IDEAS QUE CIRCULAN POR EL MUNDO CIBERNETICO

cortesia de selecciones com mx


Adolescentes deprimidos

Roger Vilar




Mariana Sánchez* encontró en la escuela primaria uno de los grandes placeres de su vida: leer. Mientras los demás jugaban ella permanecía en el aula leyendo sus libros. Pero alrededor de los 12 años la falta de armonía entre sus preferencias y la forma de ser de sus compañeros la abrumó. "Ninguno leía. En ese aspecto era la 'rarita' de la escuela. Empecé a sentirme aislada". A ello se sumaron las agresiones y burlas.

Desde muy temprana edad la idea del suicidio transitó por la mente de Mariana, lo que motivó su ingreso al Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro. El expediente de la joven reportaba lesiones autoinfligidas y el diagnóstico era una depresión severa. "La primera vez que ingresé aquí fue hace dos años".

Después de no ser admitida en el Colegio de Ciencias y Humanidades, donde Mariana anhelaba estudiar el bachillerato, la adolescente se sumió de nuevo en la tristeza. Empezó a consumir drogas y en una ocasión se hizo cortaduras en los brazos con una navaja. Fue hospitalizada por segunda vez. Hoy, a sus 16 años, gracias a un tratamiento contra la depresión, la evolución de Mariana es favorable.

Desafortunadamente el testimonio anterior no es un caso aislado. De acuerdo con el doctor Jesús del Bosque, presidente de la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil, uno de cada 10 adolescentes en México ha tenido por lo menos un cuadro depresivo en su vida. De éstos, cerca del 28 por ciento presenta depresión severa, agrega el doctor Félix Higuera, director del Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro.

Peor aún, esta enfermedad va en aumento en los adolescentes, asegura el doctor Higuera. Algunas causas, como el incremento en el número de divorcios y las presiones académicas, se dan en todo el mundo, pero en México existen otros factores. El psiquiatra forense Fernando López Munguía destaca entre ellos la ruina económica de la familia, el maltrato físico, el abandono del hogar, el subempleo y la vida en la calle. "El adolescente puede llegar a tener una depresión igual o mayor a la de un adulto, e incluso casos de depresión muy prolongada", advierte el doctor Higuera.

Los efectos son devastadores. El adolescente deprimido tiene un bajo rendimiento escolar, no muestra interés por nada, evita los amigos, se aísla y tiene conductas riesgosas. Las investigaciones demuestran que los cuadros de depresión en adolescentes son más frecuentes entre los 13 y los 16 años, en ambos sexos. Los jóvenes no tratados pueden tener un episodio depresivo cada seis meses o un año, lo que significa entre seis y 12 recaídas durante la adolescencia.

En casos extremos los jóvenes con depresión profunda intentan el suicidio, el cual es la causa de muerte número 18 en México, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "La única solución que encuentran los chicos que no reciben tratamiento y llegan a la depresión severa es quitarse la vida", indica la doctora Rebeka Jones, psiquiatra clínica y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Pero también hay buenas noticias. Los adolescentes a quienes se les diagnostica depresión tienen mayores posibilidades de recuperarse que los adultos. ¿Por qué? Si la depresión es tratada en la adolescencia, de adulto el paciente puede reconocer mejor un episodio depresivo y le será más fácil eliminar las ideas negativas, señala el doctor Higuera. Por otra parte, los púberes son más dúctiles y abiertos a las indicaciones del especialista.

Parte del tratamiento típico en México, según el doctor Del Bosque, consiste en terapias grupales dirigidas por un especialista, en las cuales los adolescentes interactúan y reciben herramientas que les permiten hacer frente a los pensamientos negativos. El número de estas sesiones oscila entre cinco y 10. Aunque otros especialistas recomiendan una terapia individualizada, todos coinciden en la necesidad de aplicar psicofármacos.

Desafortunadamente, de cada 10 adolescentes deprimidos menos de dos recibe tratamiento, señala el doctor Del Bosque. En muchas ocasiones la causa de que estos jóvenes enfermos no lleguen a un especialista radica en la inexperiencia de médicos generales, maestros y padres. La familia no sabe establecer la diferencia entre la turbulencia típica del adolescente y la depresión. "Es vital que la familia esté informada sobre el problema y sepa qué actitudes distinguir en el adolescente", advierte Del Bosque. (Ver recuadro.)

Carlos García había vivido desde los 16 años una depresión creciente. De pequeño su padrastro le daba golpizas a escondidas de su madre. Años más tarde, cuando sobrevino la separación, Carlos le confesó todo a su madre y en su desesperación le suplicó:

--Mamá, ayúdame, no me quiero volver loco.

Martha Gómez no conocía nada sobre la depresión ni que su hijo hubiera pensado matarse con un cuchillo. Actualmente, en el hospital donde atienden a Carlos también Martha recibe pláticas sobre esta enfermedad. Ahora ella puede detectar los síntomas. Su hijo controla más la depresión y ya no lo atormenta la idea de enloquecer.

Si sospecha que su hijo está deprimido, encontrar la ayuda correcta no será fácil. En México sólo hay alrededor de 250 psiquiatras infantiles y de la adolescencia. La mayoría trabaja en las zonas de mayor poder adquisitivo de las grandes ciudades. Los adolescentes que viven en áreas rurales o zonas marginales con frecuencia no son ni diagnosticados ni tratados, comenta el doctor López Munguía.

ése fue el caso de Vanesa Álvarez. A pesar de que sufría una depresión tan severa que intentó quitarse la vida varias veces, nunca había recibido atención médica especializada. Fueron sus maestros quienes detectaron que algo andaba mal y lograron que asistiera al Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro, donde ahora recibe un tratamiento adecuado. La joven ya no piensa en suicidarse y ve el futuro con más optimismo. "Me he estado preparando mucho, he leído libros y llevo una libreta de apuntes. Quiero estudiar astronomía".

A menudo no hay una causa obvia de la depresión en los adolescentes. El doctor Harold S. Koplewicz, investigador estadounidense y autor del libro More Than Moody: Recognizing and Treating Adolescent Depression ("Más que decaimiento: reconocer y tratar la depresión en los adolescentes"), tiene una teoría que ofrece algunas claves. Dice que entre los 14 y los 17 años el cerebro sufre una "poda" gradual, la cual modifica las conexiones neuronales, elimina células que ya no son necesarias y deja los "caminos" o "redes" que se requieren para el aprendizaje que realizamos como adultos. La ciencia aún debe probar si existe o no un vínculo entre esta modificación cerebral y la depresión, "pero esto coincide con las edades en las que vemos que se incrementan los desórdenes psiquiátricos en los adolescentes", resalta Koplewicz.

Los factores genéticos también pueden ser causa de depresión. Unos científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, del King's College, de Londres, y de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, investigaron la posible existencia de un gen que hace a ciertas personas más propensas a la depresión. Durante 26 años pidieron a 847 personas registrar sus episodios de depresión. éstos fueron relacionados con las experiencias estresantes de los participantes, como la pérdida del trabajo. El estudio, publicado en julio de 2003, encontró que aquellos que eran portadores de cierto gen corrían dos veces más riesgo de caer en una depresión después de tales crisis.

"El ambiente puede ser muy positivo, pero la carga genética es tan fuerte que aun cuando haya un ambiente muy favorable el sujeto puede ser depresivo", asegura el doctor Del Bosque. Belinda Borja es ejemplo de que la depresión puede extenderse dentro de ciertas familias. A los 17 años, tras dos intentos de suicidio, le diagnosticaron depresión. Su tío, Fernando Borja, de 30 años, tiene prótesis en el aparato digestivo; a los 25 años, bajo la depresión, bebió sosa cáustica, que dañó casi todos sus órganos. "Mi tío ahora trata de ayudarme, me aconseja que me atienda, me dice que vea cómo está él, que no llegue a eso".

En México se lucha para atender a los adolescentes con depresión, pero aún hay carencias significativas. Para el doctor Del Bosque son insuficientes los 2500 especialistas que trabajan en nuestro país, pues la OMS aconseja que haya uno por cada 20 mil habitantes y actualmente sólo tenemos uno por cada 40 mil.

¿Qué se hace para superar esta situación? El doctor Enrique Camarena Robles, director general adjunto de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, comenta que en los últimos 10 años se han creado siete centros para la formación de psiquiatras. "Por mencionar los últimos tenemos el caso de Tabasco y Sonora. En el Estado de México asesoramos la implementación de un programa para formar psiquiatras". Gracias a esto actualmente se forman un promedio de 70 especialistas al año.

Por otro lado, la Facultad de Medicina de la UNAM puso a disposición de los médicos generales del país el "Diplomado electrónico en depresión y trastornos de ansiedad", en la página www.depresionyansiedad.com.mx. El Instituto Nacional de Psiquiatría también imparte cursos vía Internet para maestros, psicólogos y personal de salud interesado en el tema. Incluso hay programas psicoeducativos para maestros y padres encaminados a contrarrestar la depresión en adolescentes; uno de éstos se imparte en el Instituto Jalisciense de Salud Mental y otro en el Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro, en la Ciudad de México. El doctor Higuera ve un futuro prometedor en la implementación de la psicoeducación preventiva. Con esto, refiere, "familiares y maestros podrían detectar un cuadro depresivo en su fase temprana".

En México, según el doctor Del Bosque, ciertas ideas populares sobre la adolescencia y su relación con la depresión son equivocadas. "Un adolescente puede sufrir tanto, o incluso más, que en cualquier otra etapa de la vida".

Síntomas de la depresión en los adolescentes

Si se presentan por lo menos cuatro o cinco de estos comportamientos es muy probable que el adolescente padezca depresión.

Irritabilidad*
Cambios de estado de ánimo
Tristeza
Apatía
Desinterés por todo
Pensamientos pesimistas
Autorreproches
Fallas en el aprovechamiento académico
Insomnio
Hipersomnia (duerme demasiado)
Trastornos del apetito (come muy poco o mucho)
* La tristeza y la irritabilidad pueden presentarse de manera conjunta o separada.

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